Hablamos de una ciudad que se zambulle en las aguas del Mediterráneo, la preciosa ciudad de Alicante, bañada por la Costa Blanca.
Sobresale por su gran dinamismo cultural y gastronómico.
Mención propia merecen La Ciudad de la Luz y la Ciudad del Cine, emplazadas en el paraje de Aguamarga.
Se trata de un gran centro audiovisual de ocio, de 320.000 metros cuadrados, dedicados mundo del cine, que funcionan tanto como muestrario de platós para grabar películas como elemento de atracción turística, no en vano cineastas de la talla de Francis Ford Coppola y Ridley Scott han rodado películas en sus instalaciones.
Otra visita que te recomendamos con entusiasmo es la del Castillo de Santa Barbará, que corona el monte Benantil.
Se trata de uno de los lugares icónicos de Alicante: un castillo árabe, edificado en el siglo IX, cuyas vistas de los atardeceres son increíbles.
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Ya en el puerto, podéis hacer una visita a la Isla de Tabarca, la única habitada de toda la Comunidad Valenciana (en realidad, es un archipiélago, ya que está conformado por 3 islotes: el de La Cantera, la Nao, y La Galera).
Llegar hasta allí es sencillo.
Numerosos barcos zarpan desde el puerto de Alicante, durante el trayecto puedes disfrutar de unas maravillosas vistas de la cosa alicantina, bancos de peces suelen acompañar el viaje que ya te dejan entrever la increíble situación de esta isla.
Una vez llegas a la pequeña isla, te recibe un ambiente pesquero, a uno y otro lado puedes observar embarcaciones que transmiten un cierto aire de melancolía.
Merece la pena deleitarse con varios enclaves arquitectónicos de la isla, como la Iglesia de San Pablo y San Pedro.
También es una estupenda opción disfrutar de su playa, que es un remanso de aguas cristalinas, característico de muchas de las zonas de la Costa Blanca.
La Playa del Cap Negret es un remanso de tranquilidad y un lugar precioso para asombrarse con la belleza de la naturaleza. Motivos no te faltarán.
Este litoral comprende desde la desembocadura del Río Algar hasta la Cala del Soio.
En ese marco, uno siente protección y gratitud al contemplar, al fondo, la majestuosa silueta de la Sierra de Bèrnia.
Cuando recorres la playa, disfrutas de una sensación estimulante, sobre todo en la planta de los pies, por la mezcla de arena y grava que contiene este arenal.
La playa cautiva también por sus aguas limpias. Además, está cerca de las instalaciones de VIVOOD.
Tanto es así que, en coche, apenas tardarás media hora en llegar a este arenal. Otro hecho que hace la visita a esta playa una apuesta ganadora, es que no recibe muchas visitas de la gente, aún en verano.
Su tranquilidad se revela así mismo en el relajante compás de ida y vuelta de sus aguas, que bañan con ritmo sus cantos rodados.
En la desembocadura del río Algar, puedes contemplar también una rica colonia de cisnes y patos.
Además, se trata de un litoral propicio para disfrutar de la práctica de deportes acuáticos como el buceo, el surf y el windsurf.
Sus aguas también son favorables para la práctica del kitesurf, un deporte extremo de deslizamiento sobre el agua en el que podrás protagonizar maniobras en el aire que poco tienen que envidiar a los delfines más audaces (freestyle).
Un plan, en suma, ideal para divertirse y soltar adrenalina.
Un dato ilustra la facilidad de esta ruta: se puede transitar hasta por los menos experimentados con preciosas vistas a la bahía de la ciudad de Altea.
Hablamos de un recorrido de 5 kilómetros, que conforman un sendero caracterizado por la belleza que brindan sus numerosos miradores.
También es interesante la opción de recorrerlo en bici, debido al escaso desnivel del trayecto que integra la ruta.
Cerca ya de llegar al Faro del Albir, cuando asomas la mirada en uno de sus recodos en forma de mirador, impresiona la mezcla de acantilados y dunas fósiles que atesora.
Finalmente, después de caminar los 2,5 kilómetros de la ida de la ruta, se corona la ruta: con el Centro de Interpretación del Faro del Albir, en el que se puede visitar la muestra de imágenes sobre el propio Faro y la Serra Gelada, que está salpimentado con mucha información sobre la zona y otros datos interesantes sobre la ruta.
El Faro del Albir, por cierto, cautiva. Se trata de una sobria y fascinante edificación que, desde el siglo XIX, ha funcionado como certera referencia para los navegantes que navegaban por esta franja del Mediterráneo. Es una de las zonas más especiales de la Costa Blanca.
Denia tiene el merecido honor de ser Ciudad Creativa de la Gastronomía de la UNESCO.
Notarás la veracidad de esta distinción en la calidad de la materia prima que conforman sus elaboraciones culinarias.
Gracias a la creatividad de sus cocineros, podrás disfrutar de un rico recetario en los más de 300 restaurantes de la ciudad.
Entre las elaboraciones que podrás degustar se encuentran maravillas como la gamba roja de Dénia; el espencat, elaborado con verduras asadas; cocas variadas de anchoas, de tomate y pimientos o de aceite…
También son muy estimables platos como el bull amb ceba y el suquet de peix, o el famoso arroz a la banda.
Por si todo esto fuera poco, también puedes disfrutar de los 20 kilómetros que conforman su litoral, con playas bendecidas de arena fina y agua cristalina.
Como postre, puedes vivir en primera persona la riqueza medioambiental del Parque Natural de Montgó.
Mongó es uno de los sitios más recomendados para hacer senderismo en Alicante, no viene mal dejar de lado la ciudad.
Este parque natural está compuesto por más 2.000 hectáreas (el equivalente a 2000 campos de fútbol). La riqueza en biodiversidad de Montgó es la mejor publicidad de los efectos positivos que comporta el cuidado medioambiental.
En esta reserva natural puedes encontrar más de 650 especies de plantas diversas y más de 150 de vertebrados distintos, como el águila perdicera o el halcón peregrino.
Sin duda alguna merece la pena descubrir la Costa Blanca y que mejor forma de hacerlo que de la mano de VIVOOD.
Saborear el café de la mañana rodeado de naturaleza en la piscina de tu Villa Premium