Para disfrutar de bonitas playas y de una amplia oferta cultural y patrimonial, no hace falta irse muy lejos, en Alicante lo tenemos todo.
La ciudad de Alicante tiene todo lo que podemos imaginar para pasar unas vacaciones o hacer una pequeña escapadita. Un destino turístico cercano que tiene mucho que ofrecer a todos los visitantes que se acercan a descubrir esta ciudad costera.
Aquí te explicamos qué ver en Alicante, lugares que no puedes perderte en tu próxima visita si todavía no la conoces.
Índice
Si hay algo que asociamos con Alicante, es sin duda el mar y sus cientos de kilómetros de costa.
De hecho es aquí donde se encuentra una de las playas más populares de toda la provincia: la playa del Postiguet. Y esto es así por su excelente ubicación, a un paso del centro de la ciudad y de todos los servicios.
Es una playa perfecta para tomar el sol, darse un baño o caminar por el paseo de la Explanada. El paseo marítimo es una de las vías peatonales más emblemáticas de la ciudad por sus palmeras. También lo es por el llamativo efecto tridimensional de las baldosas del suelo que lo componen, captado en muchas fotografías.
Como dato curioso, este suelo de mosaico cuenta con 6,5 millones de teselas de cerámica que imitan las olas del mar. Un camino que va en paralelo a otro de los espacios con mayor actividad de la ciudad, como es el puerto de Alicante.
Además de punto estratégico comercial y de actividades pesqueras, el puerto de Alicante es un espacio de ocio. Rodeado de bares, restaurantes y tiendas, el ambiente es siempre muy animado.
Si queremos disfrutar de una magnífica panorámica de toda la bahía, el castillo de Santa Bárbara es el lugar idóneo para hacerlo. Una fortaleza situada estratégicamente sobre el monte Benacantil, a 166 metros sobre el nivel del mar. Data de finales del siglo IX, aunque en las laderas de la montaña se han encontrado restos arqueológicos de épocas anteriores.
Su nombre, Santa Bárbara, hace referencia a la festividad que se celebraba el 4 de diciembre de 1248. Día en el que fue reconquistado a los árabes por el que más tarde se convertiría en el rey Alfonso X el Sabio.
Abierto al público desde 1963, su visita merece la pena para conocer su historia y disfrutar de las mejores imágenes de Alicante.
Pero no es el único castillo de Alicante, que cuenta también con el castillo de San Fernando, en honor a Fernando VII. Aunque es menos imponente que el anterior y no llegó a tener uso militar, está incluido como monumento desde 2001. Fue construido durante la guerra de la Independencia y sirvió de campo de concentración en la última etapa de la Guerra Civil.
Después de su total abandono, y ante su mal estado, se han iniciado obras de restauración para devolverle su valor.
Si echamos la vista hacia tierra firme, nos encontraremos con este singular conjunto de calles tradicionales. Se encuentra a los pies del castillo de Santa Bárbara, en el corazón de la ciudad, llenándola de colorido. Y es que pasear por sus empinadas calles, que suben y bajan, es todo un gusto para la vista.
Lo que hace diferente a esta amalgama de callejuelas son las casas típicas, pintadas de blanco y su florida decoración. Los vecinos engalanan los patios con vistosas macetas y pintan puertas y ventanas en tono azul, transportándonos a un barrio andaluz.
Tanto es así, que esta barriada tiene un gran papel en la celebración de la Semana Santa de Alicante. Mucha gente acude a ver procesionar a la Hermandad de la Santa Cruz, pasando por calles estrechas y con desnivel.
Un pintoresco barrio con un marcado toque Mediterráneo, tranquilo pero con una alegría especial que se deja sentir por sus rincones.
Además tiene como telón de fondo el castillo, y en su parte más alta, la Ermita de Santa Cruz. Y es aquí donde encontramos uno de los mejores miradores de toda la ciudad, por lo que la subida merecerá la pena.
Para conocer en profundidad los orígenes de la población, no dudes en visitar la colección del museo arqueológico de Alicante. Conocido como MARQ, es el primer museo de este tipo del sigo XXI, que ofrece una exposición algo diferente a las demás.
En su objetivo de resultar didáctica, a la vez que amena y divertida, se ha apostado por la interactividad. De esta manera, además de ver las piezas con su información detallada, las salas también cuentan con apoyo audiovisual.
En las salas temáticas se puede conocer mejor el trabajo de la arqueología y cómo se llevan a cabo las excavaciones.
Una nueva experiencia para el visitante que quiere adquirir nuevos conocimientos de forma interesante y de calidad. Un recorrido por la historia que nos ayudará a comprender mejor el presente y futuro de Alicante.
Volviendo a tiempos más actuales, en concreto al siglo XX, encontramos el edificio que alberga el mercado municipal de la ciudad. Construido a principios del siglo pasado, es un claro ejemplo del estilo arquitectónico de la época.
Está localizado en el número 10 de la avenida de Alfonso el Sabio, con una gran escalinata como entrada principal.
Su parte trasera recae a la plaza 25 de mayo, llamada así en honor a las víctimas del bombardeo de 1938. Durante la Guerra Civil ese día el Mercado Central fue bombardeado, dejando más de 300 víctimas mortales y otros muchos heridos.
En la actualidad se trata de un espacio gastronómico muy importante en el que poder comprar comestibles de gran calidad. Un amplio surtido de alimentos frescos como frutas, verduras, pescados y carnes, además de salazones, conservas y productos alicantinos.
Ahora que ya sabes qué ver en Alicante, planea tu próxima visita y disfruta de todo lo que te ofrece esta estupenda ciudad.
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