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Difícilmente no hayas oído hablar de ellos todavía porque es un hecho que están más de moda que nunca. Los hoteles sostenibles son una apuesta segura para quienes desean alojarse en un espacio muy especial. Y es que tienen en cuenta tanto la comodidad de sus huéspedes como el cuidado por la naturaleza y el entorno.
Hoy en día cualquier pequeño gesto puede hacer una gran diferencia, y eso es lo que se han propuesto sus precursores. Unos principios que se ven en los detalles y de los que pueden beneficiarse los clientes, sin perder ni un ápice de encanto.
Si sientes curiosidad por conocer más de cerca en qué consiste un hotel sostenible, esta es tu oportunidad. Nosotros te descubrimos las características de este tipo de alojamiento y qué es lo que lo hace tan popular.
Comencemos por el principio.
Si nos ceñimos a lo fundamental, un hotel sostenible se define de la siguiente forma: alojamiento en el que destaca su diseño y su gestión desde el punto de vista medioambiental, económico y social.
Para que un hotel sea eco-friendly no se tienen en cuenta aspectos externos como su categoría, dónde está situado o su clasificación.
Sin embargo, sí es de gran importancia que su impacto medioambiental sea mínimo, que respete la cultura local y sea partícipe de ella de algún modo. Por ejemplo, repercutiendo económicamente en la comunidad local mediante la colaboración con comercios de la zona y contratando trabajadores autóctonos.
También lo es mostrando a sus clientes las bondades de la zona, sus productos típicos o los lugares emblemáticos de los que puede disfrutar.
Todos estos puntos son los que vendrían a condensar lo que supone ser un hotel sostenible.
Para conocer más acerca de ellos, adentrémonos en sus características detalladamente.
Como ya intuirás, un hotel ecológico es aquel que tiene unas características concretas, que lo diferencian del resto de hoteles habituales.
Todas ellas vienen dadas por un objetivo común: generar el menor impacto posible en la naturaleza.
Y esto es posible de diversas formas:
Que sea la naturaleza la que dé forma al hotel y no al contrario.
Si a esto le sumas un buen número de actividades lúdicas que se pueden realizar en las inmediaciones, la experiencia resulta totalmente enriquecedora.
Cualquier establecimiento hotelero que desee formar parte de este selecto grupo debe adoptar una serie de pautas para ser considerado como tal.
Ojo, no es necesario haber comenzado su andadura profesional ya como hotel sostenible, pero sí que haya ido modificando sus prácticas hacia la sostenibilidad.
Una de ellas es la que tiene que ver con el gasto energético que hace, intentando ser el menor posible. Una de las formas de conseguirlo es empleando iluminación de bajo consumo, cambiando luces halógenas y tubos fluorescentes por la tecnología LED.
También es básico hacer un uso responsable del agua, no malgastandola y tratando de reciclar de algún modo. Así, por ejemplo, no tendría ningún sentido crear un campo de golf en una zona en la que hay problemas de sequía.
Tampoco formaría parte de las buenas prácticas hacer un uso excesivo de los aires acondicionados o de la calefacción. La forma de reducir estos gastos pasaría pues, entre otras cosas, por aislar bien los espacios conforme a la construcción bioclimática.
Igualmente es importante que un hotel sostenible utilice electrodomésticos eficientes (de clase A), que consumen un 50% menos de energía que los de consumo medio.
Junto a esto, otros pequeños gestos como utilizar papel reciclado o hacer una recogida selectiva de los residuos, serán también vitales.
Junto a todas las buenas prácticas de un hotel sostenible también se encuentra una de las que más esfuerzo requiere: el de la concienciación. Es decir, hacer partícipes tanto a los empleados como a los clientes, e incluso a los proveedores de la importancia de esta filosofía eco-friendly.
De poco sirve que un establecimiento ponga todo su esfuerzo por cuidar el medio ambiente si no se suman a su causa más personas.
Por eso hay campañas de concienciación para que todos sepan qué pueden hacer por el planeta y sean partícipes.
Quienes ya están comprometidos con estas prácticas medioambientales seguro que valorarán positivamente las acciones por parte de los hoteles sostenibles. Y quienes no, quizá este pueda ser un buen momento para comenzar a hacerlo y tomar conciencia de la importancia de cuidar el medio ambiente.
Sea lo que sea, mostrarse como un hotel sostenible es un valor añadido para un establecimiento, ya que cumple con una responsabilidad social.
Los hoteles ecológicos no están destinados únicamente para una clase de viajeros, pues tienen servicios similares a cualquier otro.
Además, como están situados tanto dentro de las grandes ciudades como en zonas más rurales, hay un montón de excusas para alojarse en uno de ellos.
Tanto para hacer un viaje relámpago de negocios como para realizar una escapadita y relajarse unos días, los hoteles sostenibles lo tienen todo.
Tampoco suelen reflejarse en el precio de la habitación estas mejoras, pues aunque es una gran inversión, los hoteles la recuperan a medio plazo.
Eso significa que los clientes se benefician de estar colaborando activamente en el cuidado de los recursos naturales sin pagar de más.
Saborear el café de la mañana rodeado de naturaleza en la piscina de tu Villa Premium