Las vacaciones son un tiempo de desconexión, sol, agua y aire puro que sienta de maravilla a nuestra mente y nuestro cuerpo, pero que pasa con el síndrome postvacacional.
Las fechas de julio y agosto son sinónimos de recuperar energía y desconectar de la rutina, ya sea en la playa, la montaña, el entorno rural, ciudades que no son las habituales o en destinos fuera de nuestro país.
Territorios, en suma, que renuevan nuestra capacidad de asombro y, por qué no, de aprendizaje.
En VIVOOD somos conscientes de los beneficios de las vacaciones para nuestra salud física y mental.
De ahí que sea tan importante preparar bien la vuelta al trabajo y la rutina. Haciendo una transición suave y amable, que nos motive a volver a la rutina.
En este artículo te contamos cómo lograrlo. Para ello lo primero que necesitamos saber es:
Índice
El síndrome postvacacional, es un mecanismo psicológico desadaptativo en el que volver a la rutina diaria provoca ansiedad y estrés generando presión emocional en las personas que lo sufren.
Por tanto, la mejor manera de evitarlo es creando un proceso adaptativo a la vida laboral que nos haga sentir emocionalmente bien.
Previniendo, de ese modo la depresión y la ansiedad por volver al trabajo.
Los expertos señalan que las personas jóvenes, menores de 45 años son las más afectadas, pudiendo durar este síndrome entre 10 y 15 días, según afirma la Sociedad Española de Medicina y Familia Comunitaria
De acuerdo con el criterio de los psicólogos, este síndrome postvacacional puede afectar a la motivación, concentración y rendimiento, así como producir ansiedad, alteraciones del estado de ánimo o malestar general.
Empeorando significativamente la calidad de vida de las personas que lo padecen.
Te dará la energía adecuada para afrontar el día con energía y vitalidad.
En esa dirección, disfruta de la calma y los pequeños detalles de despertar temprano y con tiempo.
Durante el camino a la oficina, ya sea andando, yendo en bici o en coche disfruta del mismo e intenta descubrir cosas nuevas o explorar nuevas formas de llegar al trabajo.
Si eres de las personas que teletrabajan, resulta muy recomendable que des un paseo de 40 minutos o similar, para activar las piernas y el corazón, lo que te permitirá subir la energía corporal y activar tu cuerpo y mente.
Mejorando así tu rendimiento laboral.
Otra idea que seguramente contribuya a mejorar tu estado de ánimo antes de comenzar a trabajar es escuchar música que te guste.
Está demostrado psicológicamente que esta tiene el poder de cambiar nuestro estado de ánimo.
Cuando escuchamos música que nos recuerda a algo triste nuestra mente cambia al mismo estado anímico, por otro lado cuando escuchamos música alegre, generamos estados emocionales felices.
Debemos intentar que los cambios en tu vida sean lo más suaves posibles.
Por eso, te aconsejamos programar tu vuelta al trabajo de manera gradual. Por ejemplo, no te recomendamos pasar de la playa al trabajo de un día para otro.
Un cambio tan radical podría hacer que las primeras jornadas laborales se te hagan eternas.
La organización es clave. Comienza con las tareas más sencillas y no te sobre excedas con las mismas nada más volver, eso puede provocar que te satures.
Consigue crear un equilibrio entre tareas pendientes y vida social.
Una buena idea para fomentar esa dinámica, por ejemplo, es aprovechar las etiquetas disponibles en las aplicaciones de correo electrónico para ordenar tus mails por prioridad.
Si por norma general, sueles dormir menos de 8 horas al día, durante la primera semana post vacaciones intenta cumplir tus 8 horas de sueño.
Es fácil que, durante tus vacaciones, hayas alterado tus tiempos y costumbres diarias.
Cuanto antes vuelvas a la normalidad, mejor.
Hacerlo con un colchón de descanso en buen estado, ayudará a tu cerebro y sistema nervioso (o a tu cuerpo, si el tuyo es un trabajo más físico) a afrontar las tareas diarias con un extra de fluidez.
Cuando uno retorna al ritmo diario, la mente puede ‘volar’ en la mínima ocasión.
Por eso es tan importante que te centres en el paso a paso de lo que haces.
Intentando concentrar toda tu atención, únicamente en esa tarea en ese momento.
Respecto al capítulo de los caprichos e incentivos, la imaginación es libre, y en nuestro caso te recomendamos una tartaleta de queso y arándanos.
Esta delicia de la repostería te proporcionará una buena dosis de vitamina E, derivada de sus avellanas, así como vitaminas D y C, procedentes del queso y los arándanos.
Lo bueno de esta elaboración es que funciona tanto de postre como de merienda.
Vienes de haber ‘zarandeado’ el bolsillo con los gastos de verano, pero seguro que tienes margen para adquirir accesorios que te alegren la vuelta a lo cotidiano, como las gafas de sol, cinturones o una prenda de abrigo, capaces de transformar todo tu look en cuestión de segundos.
Las vacaciones se han terminado y es normal que te sientas más triste, desganado o irascible.
No obstante, no hay nada que no se pueda cambiar con tu actitud y tu postura.
Si encaras la rutina con positividad e imaginación, valorando los pequeños detalles felices de tu día a día, seguro que la adaptación será mucho más fácil.
Escuchar tu podcast favorito al inicio de la jornada, te ayudará a afrontar la misma con una energía más positiva.
De la misma manera que tomar un café al inicio de la tarde te permitirá recuperar fuerzas para lo que queda de día.
Para mitigar los nervios y liberar las tensiones, puede venirte bien realizar alguna práctica de yoga, o ejercitar meditaciones que te hacen conectar con el momento presente, como el mindfulness, por ejemplo.
Excursiones a la playa, la sierra o alguna localidad cercana seguro que avivan tu gusto por disfrutar de nuevas experiencias vitales, como seguramente hayas hecho durante el verano.
Algunas con clara vertiente hogareña, como leer o jugar juegos de mesa, buscando salir de la rutina y del síndrome postvacacional.
Volver de vacaciones es siempre un aliciente de primer orden para coger impulso (con la huella del sol todavía impresa en tu rostro y tu cuerpo) y poner más esmero en planificarnos para realizar de manera semanal un plus de actividad física, cuidar con más detalle la alimentación y ‘regalarnos’ momentos de ocio y descanso extra.
Dedica, pues, una atención especial para compartir tiempo de calidad con tus seres queridos y amigos.
Práctica aficiones que nos vinculan con más fuerza y gusto a la vida.
Saborear el café de la mañana rodeado de naturaleza en la piscina de tu Villa Premium