Si somos lo que comemos, ¿por qué no seguir una alimentación saludable y beneficiosa para la salud ? En ocasiones ponemos excusas como la falta de tiempo o que comer sano es caro para no hacer una dieta sana. Pero lo cierto es que nada más lejos de la realidad. Seguir una alimentación saludable no requiere de gran esfuerzo y es tan sencillo como seguir estos 10 consejos imprescindibles y básicos que os vamos a dar. Así que es hora de empezar a comer sano, de cuidarse y de seguir una dieta saludable equilibrada en línea con la filosofía slow food.
Es importante tomar comida sana y aportar a nuestro cuerpo todos los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo y funcionamiento. Para ello debes seguir una dieta sana variada baja en grasas, azúcares y almidones (pastas, pan, arroz), muy rica en fibra (frutas y verduras) y con lácteos descremados, priorizando siempre los alimentos naturales.
Según un informe de la OMS y la FAO se recomienda tomar un mínimo de 400 g diarios de fruta y verdura, entre tres y cinco piezas según la variedad, para prevenir enfermedades crónicas como cardiopatías, cáncer, diabetes u obesidad.
No es recomendable eliminar alimentos, sino controlar las cantidades que se toman para llevar una dieta saludable. Un buen truco es usar un plato pequeño para que aunque hay pocos alimentos parezca muy lleno. Además, se recomienda comer sentado, con calma, cada uno de su plato y evitar siempre picotear.
Un desayuno saludable compuesto de alimentos que lleven fibra, vitaminas y minerales aporta la mayor parte de los nutrientes que el organismo precisa. Saltarse el desayuno puede provocar decaimiento, falta de concentración y mal humor, debido al déficit de glucosa que produce el ayuno.
Por cada una caloría que se ingiera habría que beber 1 ml de agua. Tomar la cantidad necesaria de agua beneficia a que órganos, como el hígado y riñones o el sistema digestivo e inmunológico cumplan con sus funciones. Además, beber agua mejora la resistencia de tus ligamentos y articulaciones, controla la temperatura corporal, regula la acidez en tu cuerpo y retarda los procesos de envejecimiento.
El pescado aporta vitamina A, D, E y muchas del grupo B. Además es una buena fuente de hierro, magnesio, fósforo, calcio y omega 3, que ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos y problemas de hipertensión. Por su bajo contenido en grasas, el pescado es un alimento muy fácil de digerir.
Hacer ejercicio a diario no sólo es recomendable para mejorar el aspecto físico sino también para tu estado de bienestar general. No debemos olvidar que además es importante realizar esfuerzos físicos sin sentir dolores o facilitándonos una mayor resistencia al cansancio.
Según el “Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism” comer despacio nos permite quedar mucho más saciados sin necesidad de picar entre horas. Además, comer con prisas no nos permite masticar bien la comida y la digestión se hace más pesada.
La gran mayoría de nutricionistas aconsejan realizar cinco comidas al día, destacando 3 comidas importantes: desayuno, la comida y la cena y 2 más ligeras: a media mañana y por la tarde. Este modo de repartir las comidas hace que no estemos largos periodos de tiempo sin comer, evitando que la siguiente comida sea copiosa.
Lo ideal es cenar dos horas antes de irnos a dormir y no acostarnos haciendo la digestión. Pero no sólo influye el momento del día en que cenamos sino también influye mucho el tipo de comida y el modo en el que la hemos preparado. Así, todo lo que esté horneado, a la plancha o natural será más fácil de digerir que lo que esté frito.
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